En el piso de alquiler dejaron una tabla Lämplig y lo primero que hace uno es fliparlo (al menos como cocinero novato). Pero con el tiempo empiezas a mirarla de reojo, así, sospechando... hay algo que no cuadra. Es enorme y no te deja espacio con lo que terminas mezclando cualquier tipo de comida en la misma tabla y así no... ¡Así mal!
Si me viera Chicote...
No tenía ni idea de que existieran tablas de colores, pero por alguna razón asumía que seguro debían existir o al menos algo que facilitase la identificación del uso de cada tabla.
Al fin, aprovechando un viaje a un almacén de restauración se hizo la luz. Disponian de 5 colores distintos que clasificaban como:
- Blanco: Pan y queso
- Verde: Verduras
- Amarillo: Aves
- Azul: Pescado
- Rojo: Carne
Aunque parece que aún hay más colores (me tenía intrigado la clasificación anterior por no hacer referencia a longanizas ni chorizos...) ha sido un paso importante condenar la Lämplig a decorar la parte superior de la nevera.
Una lista más completa sería:
- Blanca: Pastas, quesos, pan, bollería.
- Verde: Frutas y verduras.
- Amarilla: Carnes blancas (pollo, pavo…)
- Azul: Pescados y mariscos.
- Roja: Carnes rojas (ternera, cordero…)
- Marrón: Carnes cocinadas y fiambres.
Según el fabricante miden 30cm x 38cm, así que a las malas se podran recortar...
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